Aporta al diagnóstico y tratamiento en salud mental de personas con discapacidad intelectual

Aporta al diagnóstico y tratamiento en salud mental de personas con discapacidad intelectual

La salud mental es un desafío pendiente, en especial para aquellas personas que acompañan y cuidan a personas con discapacidad intelectual. Conoce el testimonio de un ex estudiante del Diplomado en Salud Mental y Bienestar de Personas con Discapacidad Intelectual.

“Fue una gran experiencia donde pude compartir con profesionales como terapeutas ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales. Yo era el único sociólogo en el curso”, recuerda Gonzalo Flores de su paso por el Diplomado en Salud Mental y Bienestar de Personas con Discapacidad Intelectual de la UNAB.

Flores es sociólogo profesión y se desempeña como jefe nacional técnico de la línea de discapacidad mental del Hogar de Cristo. Su labor es de acompañamiento y supervisión técnica de los programas donde participan personas con discapacidad mental.

Un programa que te aporta a tu crecimiento profesional

“El crecimiento profesional fue desde el principio al fin del proceso formativo”, reconoce Flores sobre el aporte que le entregó a su desarrollo el Diplomado en Salud Mental y Bienestar de Personas con Discapacidad Intelectual.

¿En qué sentido crees que creciste profesionalmente?

Al ser un área poco conocida, había muchos conocimientos desconocidos para mí, entonces, desde ese punto de vista ya en las primeras clases fue muy interesante lo que dio, las líneas de trabajo, los planteamientos teóricos. Me ayudaron también para complementar mi formación y para abrirme a nuevas perspectivas de trabajo. Había temas que, si bien conocía previamente, no había profundizado en ellos. El diplomado me permitió hacerlo y con mi experiencia práctica, pude llevar lo teórico también a la aplicación.

¿Has podido aplicar los conocimientos que adquiriste?

Mucho de lo que aprendí lo he puesto en práctica hasta el día de hoy, lo sigo haciendo. Por supuesto, ya ha pasado tiempo y hay temáticas que he ido profundizando de manera individual, pero sí el diplomado me entregó los conocimientos base que se necesitan.

La salud mental, una deuda pendiente

“En general, la salud mental de las personas en Chile no es buena. Estamos con un déficit importante en términos presupuestarios”, asegura Flores sobre la realidad de las atenciones por salud mental en el país.

¿En qué se traduce ese déficit?

Tenemos una brecha importante en el acceso a tratamientos, a rehabilitación, a servicios. Ahora, para personas con discapacidad intelectual, este déficit es aún mayor, ya que no hay mayor información, no hay especialistas. No es sólo un tema de recursos, sino que la formación es escasa y los profesionales que se dedican no son tantos. Hay un problema de prestaciones que no se entregan en el mundo público y muy poco en el privado.

¿Cómo analizaron esto en el diplomado?

Analizamos el tema del desconocimiento, es decir, que muchas veces se invisibilizan las necesidades de acompañamiento, de tratamiento de la salud mental de personas con discapacidad intelectual. Se tiende a enmascarar un poco los problemas de salud mental a propósito de los diagnósticos de discapacidad intelectual.

El gran valor de la especialización

Fue justo antes de comenzar la cuarentena por el Covid-19 que Gonzalo Flores tomó la decisión de especializarse. Hizo la clásica búsqueda y comparación de mallas de distintas universidades, hasta que se decidió por la UNAB. “Yo me inscribí en el programa que era presencial, pero justo vino la pandemia y cambió a formato online. La principal ventaja es que te permite conciliar mejor los tiempos, entre el trabajo, la vida personal y los estudios”, recuerda.

¿Por qué quisiste hacer este diplomado?

La verdad, no había muchas alternativas en discapacidad intelectual y tampoco en salud mental, y yo deseaba formarme en esta área, tener una formación académica o complementar mis estudios previos con algo vinculado específicamente al área. También me lo recomendaron unas compañeras de trabajo, que lo hicieron antes, por ahí vino la elección.

Aporta al diagnóstico y tratamiento en salud mental de personas con discapacidad intelectual

¿Cuáles son tus proyecciones profesionales luego de haber realizado este programa?

Más que nada, seguir trabajando en mi área, hacer un buen trabajo y también adquirir mayores conocimientos porque en discapacidad siempre hay nuevos saberes, líneas de intervención, de investigación, las que pueden ser importantes de tener para mejorar mi labor.

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